Está demostrado: los americanos
son capaces de hacer un espectáculo hasta de la cosa más pequeña.
Una muestra de ello es el
creciente número de programas de “cazatesoros” de los que podemos disfrutas
gracias al TDT. De los muebles viejos o antigüedades, que nosotros conseguimos
a través de un amigo o en eBay, ellos han hecho un auténtico negocio. Hay gente
que se dedica, incluso, a recorrer los EEUU en furgoneta buscando a viejos
coleccionistas que quieren deshacerse de sus “tesoros” comprando desde carteles
de gasolina antiguos o gorras de la Segunda Guerra Mundial, hasta bicicletas de
los años 50 a precios realmente desorbitados.
Otro de los negocios estadounidenses de moda
consiste en alquilar trasteros. Pequeños garajes que la gente utiliza para
dejar sus cosas, muchos de los cuales, increíblemente, quedan abandonados tras
varios años sin visitar. Es en ese momento cuando los dueños los subastan,
dejando que los potenciales compradores echen solo un vistazo a su interior. La
gracia consiste en tener buen olfato, y ser capaz de vender su contenido por el
doble de nuestra puja.
Sinceramente, creo que un gran
negocio sería llevarles barcos llenos de trastos españoles, por los que
pagarían millones! Si se maravillan ante una lámpara de los 60, ¿qué no darían
por un Renault 4 como los que aún se ven en mi pueblo o un pequeño retablo
barroco?
A continuación, dejo unos enlaces
a estos capítulos de cazadores de tesoros y cazasubastas, para que puedan
juzgarlos ustedes mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario